En una de las apuestas del estado en Burgos, puedes conseguir una variedad de tabacos de gran calidad y prestigio. ¿Alguna vez te has preguntado por qué esas prestigiosas líneas de tabacos tienen nombres que recuerdan a los clásicos de la literatura universal como Romeo y Julieta o El conde de Montecristo?

El intelectual y político cubano Nicolás Azcárate tuvo la brillante idea de introducir a un lector dentro de las fábricas de tabaco cubanas con el propósito de aliviar las largas jornadas laborales de los trabajadores de la industria. La misma comenzó a desarrollarse en el siglo XIX. Uno de los jornaleros se dedicaba a leer las noticias de la prensa por la mañana y en la tarde leía un clásico de la literatura universal: Los miserables, El conde de Montecristo, Romeo y Julieta.

De esta manera, por ejemplo, en 1875 la obra de Shakespeare sirvió de inspiración para bautizar a los habanos Romeo y Julieta, y en 1935, las familias Menéndez García sacaron al mercado Montecristo. Así, la próxima vez que veas un Montecristo en las apuestas del estado en Burgos, ya sabes por qué se llama así. Esta fue la base para la posterior radionovela que evolucionó finalmente en la telenovela o culebrón.

El experimento comenzó en la tabaquería El Fígaro en el año 1865, y fue posteriormente replicado en otras fábricas a lo largo y ancho del país. Los torcedores hacían concursos para que leyera el que tuviera mejor dicción y fluidez, y entre todos le pagaban la jornada del día. En los años 50, con la llegada del micrófono mejoró la acústica, y con la revolución del 59, se incluyó al lector en la nómina como un trabajador más.

Te invitamos a visitar el Estanco Miguel y a disfrutar de los mejores tabacos de la zona en Burgos.